El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.
Eleanor Roosevelt
En materia genética se están viviendo cuestiones revolucionarias, especialmente las técnicas de “Edición genómica”. Que implica poder modificar nuestros genes o su expresión. La idea central de esta modificación es poder corregir problemas o mutaciones del material genético que generan y/o aumentan el riesgo probabilístico de enfermedades.
Investigadores del Instituto Arc, la Universidad de California Berkeley y la Universidad de Tokio han desarrollado una técnica innovadora de edición genómica que promete revolucionar la biomedicina y la bioinformática. Esta técnica utiliza una enzima guiada por un ARN “puente programable”, lo que permite realizar inserciones, eliminaciones e inversiones precisas de secuencias largas de ADN en posiciones específicas del genoma. La capacidad de diseñar el ARN puente para dirigirse a secuencias genéticas específicas abre un mundo de posibilidades para tratar enfermedades causadas por alteraciones cromosómicas.
La edición genética, que incluye herramientas como CRISPR-Cas9, ya ha mostrado un gran potencial para modificar el ADN de manera precisa, lo que tiene aplicaciones en investigación científica, medicina y agricultura. Permite corregir mutaciones causantes de enfermedades, mejorar cultivos y estudiar funciones genéticas. Sin embargo, esta nueva técnica va más allá al permitir modificaciones más complejas y precisas, lo que amplía significativamente las opciones de tratamiento para diversas enfermedades genéticas.
El uso del ADN como material bioinformático representa un hito en este campo. Se ha demostrado que el ADN, el material de transmisión más antiguo y complejo, puede acumular y transferir información de manera eficiente. La posibilidad de clonar cualquier ser biológico a partir de una célula madre, junto con la capacidad de clonar órganos humanos para trasplantes autólogos y la creación de organoides complejos, muestra el potencial de la biotecnología para revolucionar la medicina.
El método CRISPR, que permite cortar y reemplazar genes patológicos por genes sanos, ha avanzado enormemente en la edición genética, permitiendo la producción de órganos y la clonación de seres biológicos mejorados genéticamente. Sin embargo, este progreso plantea preocupaciones éticas justificadas, especialmente en cuanto a la manipulación genética y la clonación humana.
Un avance reciente de la Facultad de Medicina de Harvard, publicado en Nature, ha demostrado que el ADN puede acumular información externa y reproducirse. Los investigadores han logrado grabar una película en el ADN de una bacteria y almacenar un libro de Shakespeare en el ADN de bacterias intestinales (Escherichia Coli), que luego se reproduce millones de veces. Este descubrimiento abre la puerta a la posibilidad de que las bacterias puedan extraer y almacenar información producida en nuestras células, incluyendo información inmunológica, farmacológica e incluso de nuestra conciencia.
Estos avances en biotecnología y bioinformática también tienen implicaciones en la inteligencia artificial. El historiador Yuval Harari plantea la posibilidad de una segunda revolución cognitiva, similar a la que Homo sapiens experimentó hace 70,000 años al desarrollar funciones intelectuales metafóricas y mejoras comunicativas clave como el lenguaje y la praxis manual. La combinación de ADN e inteligencia artificial podría generar una nueva revolución cognitiva, creando tecnohumanos con capacidades mejoradas.
El uso de la medicina, la psicología y la biotecnología para no solo curar sino también mejorar al ser humano plantea desafíos bioéticos significativos. Harari sugiere que podríamos estar desarrollando super-humanos mediante el uso de algoritmos y ADN, lo que plantea nuevas y complejas cuestiones éticas. La reformulación bioinformática del ADN humano es un área prometedora pero también problemática, que requiere una reflexión profunda sobre las implicaciones éticas y sociales de estos avances.
El envejecimiento exitoso es un concepto clave en la promoción de la salud y el bienestar durante la vejez. Se refiere a la capacidad de una persona para mantener una buena salud física, mental y social a medida que envejece. La importancia de este enfoque radica en que no solo se centra en la ausencia de enfermedades, sino en la preservación de la autonomía, la funcionalidad y la calidad de vida. Fomentar el envejecimiento exitoso implica adoptar hábitos de vida saludables, como una nutrición adecuada, ejercicio regular, y el mantenimiento de una vida social activa. Además, es crucial contar con un entorno que apoye estas prácticas y con acceso a servicios de salud que prevengan y traten enfermedades crónicas de manera eficaz. En última instancia, promover el envejecimiento exitoso contribuye a una vida más plena y satisfactoria en la tercera edad.
La edición genética también tiene el potencial de mejorar el envejecimiento exitoso. Al permitir la corrección de mutaciones genéticas que causan enfermedades crónicas y degenerativas, estas técnicas pueden contribuir a mantener una buena salud durante más tiempo. Por ejemplo, corregir genes asociados con enfermedades cardíacas, neurodegenerativas o metabólicas podría prolongar la vida saludable de una persona. Además, la posibilidad de regenerar tejidos y órganos dañados a través de la edición genética puede ayudar a preservar la funcionalidad y la autonomía en la vejez. Así, la edición genética no solo tiene el potencial de curar enfermedades, sino también de mejorar la calidad de vida y la capacidad funcional de las personas mayores, apoyando de esta manera el concepto de envejecimiento exitoso.
La nueva técnica de edición genómica desarrollada por los investigadores del Instituto Arc, la Universidad de California Berkeley y la Universidad de Tokio representa un avance significativo en la biotecnología y la bioinformática. Al permitir la inserción, eliminación e inversión precisas de secuencias largas de ADN, esta técnica abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades genéticas. Sin embargo, también plantea importantes desafíos éticos que deben ser considerados cuidadosamente a medida que avanzamos hacia un futuro donde la biotecnología y la inteligencia artificial juegan un papel cada vez más central en nuestras vidas, las posibles enfermedades y el envejecimiento exitoso.